Peñalolén no ha tenido descanso. En los últimos días, la comuna ha sido sacudida por una ola de violencia que no da tregua, especialmente en el sector de Las Perdices. La noche del 7 de diciembre, mientras los vecinos aún intentaban asimilar los hechos ocurridos días antes, un nuevo homicidio conmocionó la zona.
Un hombre, conocido como “El Kalambre”, fue baleado en plena Villa Microbuseros, en la intersección de calle Tres con calle Dos. La bala lo alcanzó de lleno en uno de sus muslos y, a pesar de los esfuerzos de vecinos por realizarle primeros auxilios, falleció horas después en el hospital.
Este crimen se suma a una serie de homicidios que han dejado en shock a Peñalolén Alto. Tan solo seis días antes, el 17 de noviembre, otro hombre fue apuñalado en Las Perdices con Orlando Letelier. Tres días después, el 20 de noviembre, un joven de 16 años perdió la vida en un confuso incidente relacionado con la compra de sustancias ilícitas en Las Perdices con Pasaje I. La Policía de Investigaciones (PDI) aún sigue indagando los detalles de este último caso.
Lo más alarmante es que los tres homicidios ocurrieron en un radio no mayor a 100 metros, lo que ha encendido todas las alarmas.
Vecinos organizados ante la inseguridad:
Los vecinos, que antes apenas se conocían, se han visto obligados a unirse ante la creciente violencia en su barrio. Cansados de escuchar sirenas, de ver patrullas que apenas se detienen y de vivir con la constante sensación de peligro, han decidido tomar acción. Un grupo comenzó a organizarse para conformar un comité de seguridad con el objetivo de que esto no se siga normalizando.
“No podemos seguir así”, dice un vecino mientras observa la esquina donde ocurrió el último homicidio. “Ya no es solo miedo, es impotencia. Nadie hace nada. Necesitamos que las autoridades nos escuchen y nos ayuden. Ya no sabemos qué más hacer”.
La sensación de inseguridad es palpable. Mientras cae la noche, los murmullos de preocupación crecen. ¿Qué está pasando en Las Perdices? La pregunta resuena entre los habitantes, quienes mezclan miedo y frustración ante una realidad que no mejora.
Antonio Vásquez, presidente de la agrupación No Más Delincuencia Peñalolén, señala que los homicidios relacionados con drogas suelen ser el inicio de una escalada de violencia: “Cuando hay un homicidio relacionado con drogas, vienen dos o tres más seguidos. Es una tendencia que se da”, argumenta.
De acuerdo a cifras de transparencia entregadas por Carabineros a la agrupación No más delincuencia en Peñalolén, los robos con violencia y los asaltos armados a vehículos han aumentado un 53% en comparación al año pasado en nuestra comuna.
Impacto en la comunidad:
El caso del joven de 16 años ha generado especial conmoción. Según las primeras investigaciones, el menor estaba involucrado en un incidente relacionado con la compra de sustancias ilícitas, lo que desembocó en su trágica muerte.
Los tres homicidios no son solo cifras en una estadística; son vidas perdidas, familias destrozadas y una comunidad que se siente abandonada.
Exigen un cambio urgente:
El clima en Las Perdices ha cambiado. Donde antes apenas se saludaban, ahora los vecinos encuentran en la solidaridad una respuesta a la violencia. Si bien algunos consideran dejar el barrio, la mayoría cree que aún es posible generar un cambio.
“Es hora de que nos escuchen. No pedimos milagros, pero sí respuestas. Queremos más presencia policial, más seguridad, más control”, expresan con determinación.
La exigencia es clara: no basta con patrullajes esporádicos. Las autoridades, tanto locales como nacionales, deben atender esta crisis de seguridad que enfrenta el sector.
Mientras tanto, la PDI continúa con las investigaciones, intentando determinar si existe alguna conexión entre los tres homicidios. Y los vecinos, ahora más unidos que nunca, siguen esperando respuestas concretas que devuelvan la tranquilidad perdida a su barrio.
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