Sobre la autora
Flavia Furtado nació en Brasil y llegó a Chile cuando era muy pequeña, junto a su familia. Es microempresaria audiovisual, directora de cine independiente y artista multidisciplinaria. Siempre se ha considerado una persona inquieta en el ámbito de las artes, lo que la ha llevado a realizar diversos trabajos, desde proyectos visuales hasta DJ sets. Sin embargo, el cine es lo que más ama.
Su ópera prima, Tesoros (2023), explora la práctica del “cachureo” en la feria. Esta actividad, según Furtado, es universal: se transmite de generación en generación, siempre ha existido y continuará existiendo.
Con una cámara Handycam adquirida en un puesto de objetos usados, la cineasta recorre diversas ferias en Santiago, incluyendo la Feria del Valle en Peñalolén, y otras en distintas partes de Latinoamérica.
El documental expone cómo la feria, un espacio profundamente precarizado, refleja las dinámicas de un sistema económico que descarta sin miramientos. En él se recalca repetidamente que muchos de los productos a la venta provienen de los desechos de sectores acomodados. Así, la feria se erige como un ejemplo de economía circular, impulsada no por el capitalismo, sino por un oficio que le otorga nueva vida a los objetos desechados y ayuda a sustentar la vida de un porcentaje significativo de personas.
Con el propósito de explicar el trabajo de los recicladores en nuestra comuna y cómo esta labor puede inspirar una película que aborda el reciclaje y la economía circular desde una perspectiva más artística, Tres Puntos conversó con Flavia Furtado bajo el patrocinio del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social (FFMMC), la Secretaría General de Gobierno (Segegob) y el Consejo Regional (CORE).
Economía Circular
La economía circular busca minimizar el desperdicio y maximizar el aprovechamiento de los recursos disponibles. Se basa en la sostenibilidad, promoviendo que los materiales y productos se mantengan en uso durante el mayor tiempo posible mediante estrategias como la reutilización, el reciclaje, la reparación y la renovación.
A diferencia del modelo económico lineal tradicional —que sigue el esquema de “extraer, producir, consumir y desechar”—, la economía circular cierra el ciclo de vida de los productos. Esto incluye diseñar bienes que puedan ser fácilmente desarmados, reparados o reciclados, y crear sistemas que permitan reincorporar estos materiales en nuevos procesos productivos.
El trabajo de los recicladores en las ferias libres se enmarca perfectamente en esta lógica, ya que no solo contribuyen a reducir el impacto ambiental, sino que también forman parte esencial de un sistema que da nueva vida a los materiales y recursos que de otra forma serían desechados.
Entrevista
¿Qué conexión tienes con la comuna de Peñalolén?
Es un lugar al que vengo bastante; amo las ferias de acá. Mi película Tesoros (2023) fue filmada en parte aquí por esa razón.
¿Cuál fue tu motivación al realizar tu filme sobre las ferias libres?
Es el amor que tengo a las ferias y a la economía circular desde niña. Creo que la cultura de las ferias libres es parte fundamental de Latinoamérica; todos tenemos una feria cerca o conocemos ese hábito de ir a ellas. Pero pienso que no se valora lo suficiente, hay una invisibilidad del trabajo del reciclaje. Empecé a grabar de forma amateur para documentarlo, y luego, al ver el material acumulado por años, decidí tomármelo en serio y hacer esta película.
Además, fue muy orgánico trabajar con los feriantes porque muchos los conozco hace años. Cuando les planteé la idea del documental, no tuvieron problemas en dejarme grabar sus puestos. Hay un trabajo detrás, un reciclaje de objetos que pocas veces se ve: de dónde vienen, cómo llegan a las ferias y el esfuerzo de quienes los ofrecen.
¿Qué tienen las ferias libres de especial en comparación con los malls?
Las ferias tienen vida. Conversas con los feriantes, te encuentras con vecinos, y se arma toda una comunidad. En cambio, en los malls todo es frío; solo vas a comprar algo determinado.
¿Qué historias rescataste durante la filmación?
Una que me marcó mucho fue la relación entre las ferias y la dictadura. En el documental hay una sección específica sobre esto porque empecé a encontrar mucha iconografía pinochetista en los cachureos, lo que me llamó la atención. Muchas de estas personas, de escasos recursos, vivieron la dictadura siendo niños en la calle, y sus relatos quedaron plasmados en Tesoros.
¿Qué diferencia hay entre los cachureos y los objetos históricos?
A veces, los feriantes encuentran cosas valiosas sin saberlo: objetos de casas abandonadas, desechos de alguien que falleció. Esto nos lleva a reflexionar sobre el consumo masivo y la economía circular: si alguien descarta algo que no le sirve, otra persona puede darle un nuevo uso. Esto contrasta con el modelo actual, donde vemos montañas de ropa y basura acumulándose, como en norte de Chile.
¿Cómo fue adentrarte en el mundo de los recicladores?
Es un trabajo que el gobierno y las entidades estatales no valoran lo suficiente. Muchas de estas personas trabajan de forma independiente, rescatando objetos de basureros para darles un segundo uso. Esto no solo ayuda al medioambiente, sino que también genera un sustento para muchas familias. La mayoría de los recicladores que entrevisté trabajaban en Peñalolén, y su labor es crucial.
¿Por qué tu documental tiene esa estética antigua?
Quise hacer una película que reflejara el espíritu de la economía circular. Todo en Tesoros es recursivo: empieza y termina en el mismo lugar, en la pasarela de la Feria del Valle, una de las más antiguas de Santiago, hay registros de ella de los año 80. Usé una cámara de segunda mano que me costó 20 mil pesos y cintas compradas en la feria por 500 pesos, muchas ya grabadas. Grabé encima, reutilizando el material. Así evitaba caer en la obsolescencia programada y respetaba el espíritu del tema que estaba retratando.
¿Qué opinas de la relación entre tecnología y consumo?
La tecnología sigue un patrón similar al de la ropa: está diseñada para volverse obsoleta rápidamente y obligarte a comprar nuevos dispositivos. Por eso creo que es importante darle una segunda vida a lo que otros descartan, como hice con la cámara.
¿Cómo comenzó tu interés por el cine?
Siempre fui muy apasionada por el cine; desde niña veía muchas películas. Sin embargo, nunca imaginé que podía ser directora porque nadie me lo dijo, en Chile no es una opción realmente. A los 14 años decidí que quería dedicarme al cine, y desde entonces he trabajado para poder lograrlo. Ser directora independiente en Chile es muy difícil, especialmente si no tienes contactos ni vienes de una familia con dinero.
¿Qué temáticas te mueven como cineasta?
Me interesa visibilizar las injusticias sociales, temas políticos y realidades invisibilizadas. Creo que el cine tiene la capacidad de mostrar aquello que el sistema prefiere ignorar, como el trabajo de los recicladores por ejemplo.
¿Tienes algún nuevo proyecto en carpeta?
Sí, mi nueva película “Los Siete Espejos”. Es una película de ficción yo escribí el guion, participarán más de 40 actores es mi primera película de ficción larga. Fue un trabajo largo, pero ya está lista, mezcla animación y live action. Ahora está en proceso de distribución que es mostrarla en festivales de cine.
Se estrenará en junio de 2025 en Chile. Aborda la historia de una mujer que decide convertirse en indigente, explorando el mundo inconsciente de los sueños. La protagonista sigue un camino onírico que la lleva a moverse entre la realidad y los sueños, lo que permite reflexionar sobre temas como el feminismo y la marginalidad. Es un enfoque poco explorado, y espero que resuene profundamente en nuestra sociedad.
El documental Tesoros (2023) se encuentra actualmente rotando en algunos festivales extranjeros, pero pronto estará disponible en plataformas online como Youtube y Ondamedia.




